lunes, 4 de noviembre de 2013

Receta 93. Arroz meloso mar y montaña

Hola a todos,

Sé que me echabais de menos y que no tengo perdón, así que tampoco os lo voy a pedir. Confío en ir poco a poco publicando de nuevo y que me lo concedáis tarde o temprano.

La receta de hoy es como comentaba el otro día en Tinta de Calamar el producto de una nevera con cuatro cosas y muchas ganas de comer bien. Ya sabéis que me encantan los arroces y más aún los melosos. A ver qué os parece este.

Ingredientes 5 personas 

-500gr de arroz

-1 cebolla

-2 dientes de ajo

-1 lata de mejillones en escabeche

-10 langostinos congelados

-3 lonchas de jamón

-1 calabacín 

-7o8 champis

-150ml de tomate triturado


Lo primero es pelar los langostinos, reservando las cabezas, que doraremos fuerte en una cazuela. Con esto conseguiremos un caldo muy potente en muy poco tiempo.

Cuando estén bien doradas, con cuidado de que no se os quemen, añadimos un par de litros de agua y ponemos a hervir.
Picamos muy fino el ajo y la cebolla y los ponemos a sofreir muy despacio, junto al jamón y los champiñones cortados en cuartos. Añadimos una pizca de sal y pimienta y lo dejamos hasta que la cebolla esté blandita y transparente.

Mientras echamos los mejillones con escabeche y con todo en la picadora y los trituramos hasta obtener una pasta.

Cuando la cebolla esté pochada añadimos el tomate y una pizca de azucar y lo dejamos reducir 10 minutos.

Es el momento de añadir nuestra pasta de mejillón, que es en realidad lo que le da, junto al fumet, ese sabor intenso a mar a la receta y hace que sea un arroz de sabor sorprendente. Lo añadimos, removemos, dejamos que rompa a hervir y añadimos el arroz.

Y a partir de aquí lo cocinaremos como un risotto, ya sabéis añadiendo caldo poquito a poco y removiendo bien.
A los diez minutos añadimos el calabacín. Conseguiremos darle un toque más fresco y un cambio de textura muy agradable.
Y ya cuando esté listo, lo retiramos del fuego, añadimos los langostinos (a los que habremos quitado el intestino), También es el momento para echarle el zumo de media lima y su ralladura. Esto le dará un frescor añadido y levantará y potenciará todos los sabores del plato, muy muy recomendable.

Removemos, dejamos reposar un par de minutos y ya podemos servir.
Y como era tradición, desde cerca.